El Karate Do como un conjunto de técnicas de defensa personal prepara a toda persona, no sólo para enfrentar las agresiones físicas, sino también las psicológicas. La defensa ante la agresión física es crítica para la estructura de la técnica, pero en ambos casos la actitud psicológica es el elemento fundamental para que la aplicación de la defensa sea adecuada.
El Karate, como un “Do”, o un camino, es capaz no sólo de enseñar una defensa personal física adecuada, sino también lleva armonía y paz al practicante, lo cual se convierte en la mejor arma hoy en día para poder decir: “El Karate Do protege mi vida”.
A través de la práctica del karate se adquiere la fuerza de carácter para enfrentar al mundo y a la vida, sin esperar que sean los padres, la escuela, o los demás quienes solucionen los problemas.